Es bien conocida la definición dada por Aristóteles del ser humano como “animal racional” (zoon logikon). No obstante, a lo largo de su obra encontramos otras definiciones análogas a la misma, como “animal político” (Política, I, 1, 1253a) o “inteligencia deseosa” (Ética a Nicómaco, IV, 2, 1139b). Para comprender esta pluralidad de caracterizaciones, en esta ponencia vamos a exponer la teoría aristotélica de los “predicables” con el fin de entender qué tipo de predicados son “racional”, “político” o “sensitivo” en relación a la esencia del ser humano (o dicho en términos más contemporáneos: a la naturaleza humana).
Mediante este análisis, intentaremos mostrar que Aristóteles no define al ser humano como “animal racional” de manera arbitraria. En esta definición se incluyen dos predicados que deben estar en toda definición: el género próximo (animal) y su diferencia específica (racional). En este sentido, el ser humano sería un animal que, dentro de este género, poseería un rasgo que lo diferencia de los demás: la racionalidad. Las otras dos definiciones son precisamente consecuencia de esta. Por un lado, el ser humano es un animal político en tanto que tiene una razón que le permite construir sociedades políticas y discernir sobre lo justo o injusto. Por otro lado, es una “inteligencia deseosa” en tanto que su facultad desiderativa (lo que posteriormente se llamaría “voluntad”) no es puro deseo irracional, sino que puede guiarse por la razón.
Bajo la teoría aristotélica, la politicidad y racionalidad práctica del ser humano constituyen predicados “propios” de su esencia. Es decir, no forman parte de la misma como si lo hacen “animal” y “racional”, pero se derivan precisamente de ella. Por tanto, no se trata de accidentes como “estar sentado”, que tampoco forma parte de la esencia, pero no se deriva de ella.
No obstante, esta tesis será cuestionada y discutida en la modernidad. Las instituciones políticas no serán entendidas como una consecuencia de la naturaleza racional del ser humano, sino como algo accidental a ella. Los Estados modernos serán pensados más bien como un artificio construido por los seres humanos para huir de un “estado de naturaleza” dominado o bien por la guerra constante (Hobbes) o bien por la ausencia de un poder común que garantice los derechos naturales (Locke). En cualquier caso, la dimensión política del ser humano será entendida como un producto de su condición material o de sus necesidades, no de su propia naturaleza racional. Para determinar cuál de las dos teorías es más adecuada, se examinará a raíz del estudio científico de la política, es decir, si puede estudiarse la politicidad del ser humano como ”accidental” o como ”propia” de su naturaleza.
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Jose Manuel Salum Tome
Comentó el 25/11/2022 a las 00:43:56
ESTIMADO JAVIER EXCELENTE TEMA, Y MAS AUN EL DESARROLLO DE ESTE. COMO HACES LA DIFERENCIACION ENTRE ANIMAL POLITICO Y ANIMAL RACIONAL. FELICITACIONES POR MOSTRARNOS OTRO ANGULO.
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Manuel Alejandro Serra Pérez
Comentó el 24/11/2022 a las 18:05:21
Estimado Francisco,
gracias por su interesante contribución. Más allá de las diversas teorías que pueden surgir sobre cuál es el origen de nuestra expresión política, me gustaría preguntarle qué opina de la desvirtuación que sufre la política mundial actual. Curiosamente, por mucho que se quiera negar o esconder, la suerte de la forma política existente está enraizada en el modus vivendi de los ciudadanos y de la forma moral procedente de aquél. Si esto es así, ¿no sería razonable pensar que el animal político obedece a un aspecto de la racionalidad propia de la esencia humana?
Gracias.
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Francisco Andrés Haro Almansa
Comentó el 24/11/2022 a las 20:42:37
Estimado Manuel, gracias a ti por el comentario.
Podria afirmarse efectivamente que muchas comunidades políticas no se ajustan al ideal aristotélico porque no son la expresión de la racionalidad humana, sino que más bien se basan en relaciones de opresión de unas clases sobre otras o que incluso carecen de fundamento ético o político (en el sentido clásico). No obstante, incluso las comunidades políticas que puedan ser más injustas o inmorales, aún en la actualidad, son posibles en la medida en que son construidas por seres racionales: si no, no habría códigos jurídicos que regularan la convivencia, no habría ciencia ni tecnología, no habría tradiciones culturales, ni habría fundamentos pretendidamente éticos para la obediencia a las leyes o al poder soberano… Por eso creo que, como me preguntas al final, estos factores confirman que las comunidades humanas, incluso las más corruptas e inmorales, existen por la racionalidad del ser humano. La tesis aristotélica, en este sentido, no implica un utopismo donde toca comunidad humana es justa o buena, sino que estas son posibles por la racionalidad humana.
Un saludo.
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Javier Jiménez Flores
Comentó el 24/11/2022 a las 16:52:12
Saludos Francisco Andrés, gracias por tu ponencia la cual he disfrutado muy gratamente. Me gustaría saber tú opinión sobre aquellos seres humanos no racionales (que han perdido de forma parcial o nunca han tenido la capacidad de razonar) y, por tanto, no-políticos. Muchas gracias de antemano.
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Francisco Andrés Haro Almansa
Comentó el 24/11/2022 a las 20:50:26
Saludos Javier.
Gracias por tu comentario. En el caso de los humanos no racionales, creo que no pueden ser políticos pero matizó que en el siguiente sentido: obviamente pueden formar parte de una comunidad política, donde incluso se les ayude en sus labores diarias y se les proporcione recursos para que puedan desarrollar una buena vida. Sin embargo, en la construcción de la comunidad política, si su ausencia de racionalidad les impide, por ejemplo, comprender las leyes jurídicas que regulan la convivencia socio-política, o si son incapaces de comprender, por si solos, aquello que les permite participar de la vida política, no son animales políticos por ellos mismos, aunque formen parte de la comunidad con ayuda de otros. Mi opinión sería esta: no afirmo, ni se sigue de esta tesis, que estas personas deban estar excluidas de cualquier ayuda o de la propia comunidad política, pero si lo poseen racionalidad, difícilmente pueden comprender, por ejemplo, las normas jurídicas que regulan una comunidad o contribuir a su construcción. Aclaró también que, si la pérdida de la racionalidad es transitoria, obviamente al recuperarla pueden volver a ser animales racionales.
Espero haberte respondido a lo que me planteabas.
Un cordial saludo.
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Ricardo Gião Bortolotti
Comentó el 24/11/2022 a las 13:10:44
Felicitaciones por su presentación. Muy interesante. ¿Podrías responder a dos preguntas? 1. La racionalidad de Aristóteles es una cualidad esencial del hombre, pero ¿es también una cualidad política esencial? En otras palabras: ¿todo ciudadano de la polis griega es político por naturaleza? 2. ¿Está de acuerdo en que la política hoy es un nacimiento del hombre en el espacio público? Así, el hombre político es una construcción, de hecho, de las condiciones del Estado y de su voluntad. ¿Cuál es tu opinión?
Muchas Gracias!
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Francisco Andrés Haro Almansa
Comentó el 24/11/2022 a las 20:59:12
Buenas tardes Ricardo. Gracias por su comentario.
Para Aristóteles la sociabilidad es un predicado “propio” del hombre (entiéndase, ser humano), por tanto todo hombre es político por naturaleza. Bien es cierto que la Política de Aristóteles contiene la controvertida doctrina de la esclavitud, junto con otras teorías hoy evidentemente rechazadas. Pero no es la consecuencia lógica de su tesis, pues todo hombre, en cuanto animal racional, lo es en la misma medida. Las sustancias en sentido aristotélico no admiten grados (no sé es un 80% racional), sino que se dan en la misma medida. Por eso es que, la consecuencia de la tesis aristotélica es que todo animal racional es político por naturaleza.
En cuanto a la segunda cuestión, la comparto. Obviamente todo hombre nace en una comunidad política, con unos principios e instituciones ya dadas. Esto obviamente no implica un determinismo cultural entre la comunidad política y el hombre que nace en ella, pero precisamente el hombre, por su racionalidad, puede comprender los principios que rigen esa comunidad y formar parte de ella o elegir formar parte de otra.
Un cordial saludo y de nuevo, gracias por el comentario.
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